Aunque el precio de la vivienda se acerca a los niveles de hace dos décadas, el contexto económico actual es muy distinto al que vivimos en 2007.
Hoy nos encontramos con un sector inmobiliario y financiero estable y equilibrado, pero marcado por un reto estructural: la escasez de oferta de vivienda frente a una demanda creciente, lo que mantiene la presión sobre los precios.
Según el último Informe sobre el mercado de la vivienda, elaborado por la Cátedra Grupo Tecnocasa – UPF, los principales indicadores de riesgo hipotecario muestran un escenario sólido y sostenible, muy diferente al del “crédito fácil” previo a la crisis.
En 2025, el mercado hipotecario es más equilibrado, tanto en la concesión de crédito como en la capacidad financiera de las familias.
Las entidades bancarias son más prudentes al conceder crédito a sus clientes, y financian un menor porcentaje del valor del inmueble, lo que supone un menor riesgo crediticio.
El endeudamiento de las familias es mucho menor, lo que permite mantener un nivel saludable de endeudamiento (30-35%).
Las hipotecas actuales son más cortas (28 años de media), frente a los 35-40 años de hace dos décadas. Esto supone: plazos más realistas, menos intereses totales y menor riesgo financiero.
El 69% de los préstamos se firman a un tipo de interés fijo, garantizando estabilidad en las cuotas mensuales.
Sin embargo, el gran desafío ahora no se encuentra en el acceso a la financiación, sino en la limitada oferta de vivienda disponible. La construcción de obra nueva es significativamente menor que hace dos décadas y no logra cubrir la demanda actual. Esta falta de producto inmobiliario es el factor que explica el mantenimiento del precio de la vivienda en niveles altos.